Aah, Australia, esos paisajes encantadores, esas magníficas aguas y... esa cantidad de criaturas peligrosas. Medusas, tiburones, cocodrilos e, incluso, arañas, ya es bien conocido, Australia está repleta de animales a los que es mejor no acercarse. Pero no es raro que los habitantes del país se encuentren, muy a su pesar, con estos especímenes tan simpáticos. Eso es lo que le ocurrió a Ted Ogier, un australiano que vive en la South Coast, en Nueva Gales del Sur. Cuando hacía una entrega para su jefe el pasado 10 de enero, el conductor se llevó la sorpresa al darse cuenta de que un autoestopista clandestino se había introducido en su vehículo.