Cuando Ruby y Rosie estaban en el útero de su madre, los médicos estaban convencidos de que no sobrevivirían y no querían seguir adelante con el parto. Después de su nacimiento por cesárea, tuvieron que ser trasladadas a otro hospital para someterse a una cirugía para eliminar una obstrucción intestinal potencialmente mortal y separarlas.Siete años después, las gemelas son niñas normales y muy felices. Sin embargo, a sus padres les habían dicho que se prepararan para lo peor e incluso les aconsejaron que pensaran en el aborto. Su madre Angela reveló que los médicos estaban tan convencidos de que Ruby y Rosie morirían que no había nada planeado para el parto hasta el último momento.Las gemelas se cuidan mutuamente y tienen exactamente las mismas notas en sus boletines de calificaciones. Lo más sorprendente es que ambas quieren convertirse en médicos.Es necesario recordar que este caso es milagroso. La mitad de los gemelos siameses nacen muertos y el 35% de los que sobreviven al parto no viven más de un día.